Rifar el Santo
Es costumbre en Alcaucín que todos los años, el patrón del pueblo, San Sebastián sea paseado por las calles del pueblo durante las fiestas en el mes de agosto que se realizan en su honor. El momento cumbre llega cuando el santo regresa a la iglesia, ya que se produce la subasta de los varales (popularmente conocido como "la subasta de los palos").
La gente ofrece dinero por los palos del trono de San Sebastián y van subiendo la cantidad llevándoselo el que ha ofrecido mayor cuantía.
Durante muchos años el encargado de esta tarea ha sido Sebastián Pastor, vecino de Alcaucín que ha desempeñado el trabajo con mucho agrado y simpatía. Tras su muerte el cargo ha pasado a su hijo Sebastián, digno sucesor de su padre.
Su función es la de animar a la gente para que ofrezcan más dinero e ir diciendo los nombres de las personas que van cogiendo el palo. A su término cada persona coge el varal por el que ha pagado para meter al santo dentro de la Iglesia.